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pero él me engañó, cambió mi salario diez veces, pero Dios no permitió que él me hiciera nada malo. Si Labán decía: “Te pagaré con las manchadas, entonces todas los rebaños tenían crías manchadas”. Y si decía: “Te pagaré con las rayadas”, entonces todos los rebaños tenían crías rayadas. Por lo tanto Dios le ha quitado los animales a su papá y me los ha dado a mí.

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